Actualmente, la Fed ha mantenido una postura de
vigilancia sobre la inflación y
la tasa de empleo. Las
proyecciones indican que cualquier cambio en las tasas de interés se basaría en
datos económicos concretos, evitando movimientos bruscos que puedan afectar el
crecimiento. La política monetaria actual, que busca un equilibrio entre la
estabilidad de precios y el pleno empleo, es favorable para las empresas y el
mercado de valores en general.
El Producto
Interno Bruto (PIB) ha mostrado un crecimiento sostenido, lo que sugiere
una economía robusta. La inflación,
aunque ha sido un tema de preocupación, ha mostrado signos de estabilización.
La tasa de desempleo se mantiene
en niveles bajos históricos, lo que indica un mercado laboral sólido. Estos
factores, en conjunto, crean un entorno propicio para el crecimiento
corporativo, lo cual se refleja positivamente en el S&P 500.
Las tensiones geopolíticas, como el conflicto en
Ucrania y las fluctuaciones en los precios del petróleo, son riesgos
persistentes. Sin embargo, la diversificación global del S&P 500 y la
resiliencia de la economía estadounidense han mitigado en gran medida su
impacto directo en el índice.
El sector de Tecnología de la Información tiene el mayor peso en el S&P
500. Su continuo crecimiento, impulsado por la innovación y la adopción de
nuevas tecnologías como la inteligencia
artificial, es un motor clave para el índice.
Los sectores de Salud y Finanzas
también tienen un peso considerable. El sector de la salud se beneficia de la
demanda constante y el envejecimiento de la población, mientras que el sector
financiero se ve influenciado por los cambios en las tasas de interés y el
rendimiento de la economía.
El S&P 500 actualmente se mantiene por encima
de su media móvil de 50 y 200 días. Esto es una señal alcista importante,
indicando que la tendencia a corto y largo plazo sigue siendo positiva.
El Índice
de Fuerza Relativa (RSI): El RSI se sitúa alrededor de los 60, lo que no
indica una condición de sobrecompra ni sobreventa extrema, sugiriendo que el
impulso actual es sostenible.
La desviación
estándar de los rendimientos del S&P 500 en el último año ha sido
relativamente baja en comparación con periodos de alta incertidumbre, lo que
confirma el hallazgo de la curtosis de que el riesgo de movimientos extremos es
bajo.
El Índice
VIX se encuentra en un rango de 12 a 15 puntos, que históricamente se
considera bajo. Esto indica que el mercado percibe un nivel de riesgo bajo y
que la confianza entre los inversores es alta.
El Sharpe Ratio del S&P 500 para el periodo
analizado ha sido consistentemente positivo y se ubica en un nivel muy
competitivo, lo que implica que el índice ofrece un rendimiento superior al de
la inversión libre de riesgo por cada unidad de riesgo asumido.
La inversión en el S&P 500 sigue siendo una
opción muy atractiva para un horizonte de inversión a largo plazo.
El gráfico del S&P 500 muestra un crecimiento
significativo desde enero de 2010 hasta septiembre de 2025, con un rendimiento
impresionante del 485,35%. Esto
indica un fuerte crecimiento a largo plazo y una tendencia alcista clara.
- Correlación lineal: 95,67%
- Correlación polinómica (orden 6): 98,18%
- Correlación polinómica (orden 3): 98,90%
Estas correlaciones, especialmente las polinómicas,
sugieren que el crecimiento del S&P 500 se ajusta muy bien a un modelo de
tendencia. La alta correlación polinómica de orden 3 y 6 indica que el
crecimiento no es estrictamente lineal, sino que ha tenido variaciones a lo
largo del tiempo, pero sigue un patrón predecible. Esto es una señal positiva
de estabilidad y crecimiento sostenido a largo plazo.
Los valores de la media (2875,43), mediana (2539,6)
y moda (1314,5) son diferentes. Esta diferencia es un indicador de asimetría o sesgo en la distribución,
lo cual se corrobora con el valor del coeficiente de asimetría de 0,716. Un
coeficiente positivo indica que la cola derecha de la distribución es más larga
y que los datos están sesgados hacia la izquierda. Este sesgo es común en los
mercados alcistas, donde los precios tienen más probabilidad de moverse al
alza.
El valor de la curtosis es -0,477, lo que significa que la distribución es platicúrtica (o tiene colas más
delgadas que una distribución normal).
El estudio de la curtosis es crucial para la
gestión de riesgos. Una distribución con alta curtosis (leptocúrtica) tiene colas más "pesadas" y
más datos atípicos (outliers), lo que sugiere una mayor probabilidad de eventos
extremos (por ejemplo, caídas drásticas del mercado). En este caso, la baja curtosis (-0,477) indica una
menor probabilidad de eventos de cola (riesgos extremos), lo que es un buen
indicador para la inversión.
El histograma muestra la distribución de las
frecuencias de los precios. La forma de la distribución, junto con el polígono
de frecuencias, confirma lo que indican las estadísticas descriptivas, la
distribución no es perfectamente normal, sino que tiene un sesgo positivo, como
se mencionó anteriormente.
El rendimiento histórico es muy sólido (485,35%),
la tendencia es claramente alcista con una alta correlación polinómica, y las
estadísticas de riesgo (curtosis) indican una baja probabilidad de eventos extremos.
Si bien los datos son muy positivos, es importante
recordar que los rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros. Sin
embargo, la robustez y la alta correlación de la tendencia sugieren que el
índice podría seguir su trayectoria ascendente.
Desde un punto de vista
puramente econométrico y estadístico, la tendencia a largo plazo es positiva y
el riesgo parece estar relativamente controlado, lo que sugiere que es un buen
momento para considerar la inversión.



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