La feroz competencia,
especialmente de fabricantes chinos de VE (como BYD) y de los tradicionales
(Ford, GM, VW), está forzando a Tesla a realizar constantes recortes de
precios.
Esto ha resultado en una
notable presión sobre los márgenes brutos y operativos. En trimestres
recientes, se ha observado caídas
significativas en el beneficio neto y una disminución de los márgenes a pesar
del crecimiento de los ingresos.
En mercados clave como Europa
y China, el crecimiento de las ventas de VE se ha desacelerado o, en algunos
casos, ha disminuido, afectando las cifras de entrega.
Las tensiones comerciales
(aranceles), la eliminación de subsidios y los cambios regulatorios en mercados
cruciales (EE. UU., UE, China) añaden incertidumbre y afectan directamente la
demanda y los costos.
A pesar de los desafíos, Tesla
mantiene una sólida posición de liquidez ($41+ mil millones en efectivo e
inversiones a corto plazo) y una gran eficiencia de fabricación gracias a la
integración vertical, lo que le permite capear mejor las guerras de precios que
sus competidores menos rentables.
La valoración premium
de Tesla no se basa solo en los coches, sino en su visión de ser una empresa de
IA y Robótica:
Full Self-Driving (FSD) /
Robotaxi, este es el principal motor de valor a largo plazo. El éxito en la
comercialización de la conducción totalmente autónoma y el lanzamiento de la
red Robotaxi podrían generar márgenes de software masivos (potencialmente
>50% de beneficios operativos) y transformar fundamentalmente el modelo de
ingresos. Sin embargo, los retrasos y obstáculos regulatorios siguen siendo un
riesgo significativo.
La planificación de la
producción del robot humanoide Optimus es una apuesta a futuro para automatizar
tareas físicas, lo que podría generar un nuevo negocio con un mercado
potencialmente enorme, aunque aún está en fases iniciales.
Los sistemas de almacenamiento
de energía (Megapacks) y la infraestructura de carga (Supercargadores) son un
segmento creciente y rentable que diversifica los ingresos y se beneficia de la
transición energética global.
Tesla es una acción de alto
riesgo y alta recompensa que opera bajo dos narrativas, desde la valoración tradicional
(automotriz), desde esta perspectiva, la acción está cara si se compara con los
múltiplos de ganancias de los fabricantes de automóviles tradicionales, dadas
las presiones de margen y la desaceleración del crecimiento de las entregas y
desde la perspectiva de valoración de crecimiento teniendo en cuenta el avance
en AI y tecnología la acción tiene un potencial de crecimiento exponencial si
logra capitalizar sus apuestas en FSD/Robotaxi y Optimus. La tecnología de
IA/Robótica justifica la prima, pero es una inversión en potencial futuro y no
en resultados actuales.
Los principales riesgos a monitorear
se encuentran en las controversias y decisiones inesperadas que causan desviaciones
del foco empresarial (como el anuncio de un nuevo partido político) por parte
de Elon Musk, lo que ha generado caídas
inmediatas en el precio de la acción.
Cualquier retraso
significativo o fracaso en la implementación a gran escala y la regulación de
FSD/Robotaxi impactaría severamente la valoración actual. Ahora bien, si la
competencia sigue forzando recortes y los márgenes continúan cayendo, el
mercado puede reevaluar la acción de manera más conservadora.
El gráfico inicial muestra
la trayectoria del precio de la acción de TSLA desde el 30/06/2010
hasta el 21/11/2025 (cierre en 391.09), revelando un crecimiento espectacular,
pasando de $1.59 a $391.09. El segundo gráfico, que incorpora las líneas de
tendencia, es crucial, ya que muestra la línea de tendencia Lineal (y=0.9904x−79.697): La
pendiente positiva y relativamente baja (0.9904) y un coeficiente de
determinación (R2) muy bajo (0.6987 en el gráfico) indican
que un modelo lineal simple no es adecuado para capturar la verdadera
dinámica de crecimiento. El crecimiento no ha sido constante, sino acelerado.
La media (96.81) , mediana (19.76)
y la moda (1.84), esta configuración (moda<mediana<media)
es un indicador claro de asimetría positiva (o a la derecha). El valor de
la asimetría (Skewness) de 1.07 lo confirma.
Un sesgo positivo significa
que la cola derecha de la distribución es más larga y más pesada, indicando que
hay una mayor frecuencia de precios bajos (al inicio del período) y la
presencia de valores atípicos (outliers) extremadamente altos (los
precios finales) que jalan el valor de la media hacia arriba, distorsionando la
percepción del valor típico.
La curtosis mide el
grado de "apuntamiento" de una distribución comparada con la
distribución normal (que tiene una curtosis de 0 o 3, dependiendo de la
fórmula).
Cuando la curtosis es
igual a se denomina mesocúrtica, sugiriendo
que la distribución de los rendimientos (no de los precios) es similar a la de
una distribución normal, en términos de la concentración de datos en el centro
y la "pesadez" de las colas.
Los inversores en activos
financieros suelen buscar distribuciones platicúrticas (curtosis negativa)
para reducir el riesgo, ya que esto significa que los rendimientos extremos (grandes
pérdidas o ganancias) son menos probables de lo que predeciría una
distribución normal.
En este caso, una curtosis
de -0.20 sugiere que, aunque los precios han tenido una volatilidad
extrema, la probabilidad de eventos extremos (colas) en los rendimientos
históricos es ligeramente menor a lo que se esperaría de una
distribución puramente normal. Esto puede ser engañoso, ya que la serie de
precios es altamente volátil (Desv. Est. de 122.26) y presenta sesgo, lo que
implica que el riesgo de eventos extremos sigue siendo alto a
pesar de este indicador de curtosis. En la práctica, el gran sesgo positivo es
un riesgo mayor al distorsionar la media.
El Histograma de TSLA,
junto con su polígono de frecuencias (la línea naranja que une los puntos
medios de las barras), se utiliza para corroborar la distribución de los
precios con referencia a la normal.
El histograma muestra una
barra de frecuencia dominante en el primer intervalo de clase (1.00-101.03), lo
que corrobora la moda y la mediana bajas. Esto es la cola izquierda pesada
que genera el sesgo positivo.
Una distribución normal (campana
de Gauss) sería simétrica y tendría su pico (moda) en el centro (media/mediana).
El histograma de TSLA es claramente asimétrico a la derecha y tiene
el pico en el extremo izquierdo.
La distribución de los precios
históricos de TSLA no se ajusta a una distribución normal, lo cual es
típico de activos con alto crecimiento o de series de precios con fuerte
tendencia. Es fundamental no asumir normalidad al calcular el riesgo
El análisis estadístico y
econométrico de TSLA revela lo siguiente, la tendencia histórica es
marcadamente ascendente y no lineal, con una rentabilidad acumulada de
casi 24,500%. La correlación polinómica del 93,49% confirma la solidez de
esta tendencia de crecimiento a largo plazo.
La desviación estándar
de 122.26 es extremadamente alta, indicando que el precio es muy
volátil y que la inversión conlleva un riesgo significativo. La gran diferencia
entre la media y la mediana (96.81 vs. 19.76) indica que los datos están
fuertemente sesgados por los altos precios finales.
Desde un punto de vista
puramente estadístico y econométrico basado en estos datos históricos, la
inversión en TSLA en este momento ($391.09) implica continuación de la tendencia, la
fuerte correlación polinómica y la rentabilidad histórica sugieren que la
tendencia de crecimiento a largo plazo es robusta, lo que favorece la inversión
para un horizonte amplio.
La alta desviación estándar y
el sesgo positivo implican que el inversor debe estar preparado para grandes
fluctuaciones de precio (caídas significativas son tan probables como
grandes subidas, dadas las colas pesadas y la volatilidad).
El precio actual ($391.09) es
considerablemente más alto que el precio promedio ($96.81), por lo que el
potencial de subida debe ser comparado con el riesgo de una corrección a la
media, especialmente en un mercado volátil.
Los datos sugieren que TSLA es
un activo para un inversor con una alta tolerancia al riesgo y
un horizonte de inversión a largo plazo que confíe en la continuación
del crecimiento exponencial y las innovaciones de la empresa (un análisis
fundamental complementario es crucial).
Sí, vale la pena, pero solo
para un inversor que acepte el alto riesgo intrínseco de un activo
con una volatilidad y un sesgo histórico tan marcados. Se recomienda utilizar
herramientas de gestión de riesgo avanzadas, como el Value at Risk (VaR),
que incorpore la no-normalidad (sesgo y curtosis) de la distribución para
evitar subestimar las posibles pérdidas.
El análisis técnico, basado en
indicadores y osciladores, ofrece una señal extremadamente bajista para la
acción a corto plazo, lo que contrarresta la robustez de la tendencia a largo
plazo vista en el análisis estadístico.













