miércoles, 15 de mayo de 2024

REFLEXION IMPORTANTE PARA SER MEJOR

 Ante la baja educación financiera que poseen los ciudadanos colombianos, es importante que los entes que regulan y supervisan las entidades que haciendo cumplir políticas impuestas por el legislativo colombiano, lesionan en alto grado los ahorros que acumulan los usuarios en los diferentes sistemas financieros existentes en el país.

Es posible que, por falta de conocimiento e interés, los colombianos no estudian el rendimiento de sus esfuerzos y es por ello que por modelos creados por “intelectuales financieros” distorsionan y afectan negativamente el futuro de los colombianos.

No es posible que en un país que se precia por respetar los derechos de la ciudadanía, los gobernantes hayan impuesto políticas como el UPAC denominado por Unidad de poder adquisitivo constante, donde abusaron de manera directa del frágil conocimiento financiero de algunos colombianos que cayeron al precipicio del engaño y la desolación con la aprobación de toda la institucionalidad estatal.

Si se estudia a profundidad las metas que promueven los bancos comerciales, los fondos y las fiducias se puede descubrir que todos ellos buscan rentabilizar los ahorros de los ciudadanos sin compartir las utilidades con los usuarios adscritos a ellas. Pero si  esas instituciones toman decisiones erradas   que afectan su organización y estructura ahí si deciden socializar las pérdidas obtenidas con los usuarios inscritos en sus servicios.

Los fondos de pensiones es la mejor muestra de esta situación, desde sus inicios han incentivado el ahorro ciudadano, pero ¿a quién beneficia? Desde los mismos inicios y creación de estas políticas pensionales, se ocultan estas realidades, aunque lo cierto es que algunas personas instaladas en los más altos estratos se han beneficiado y enriquecido aprovechando de la ignorancia de las huestes colombianas, creando una clase desmedidamente millonaria a costa de la lesión de los derechos humanos y constitucionales de los ciudadanos.

El colombiano tiene que cambiar, tiene que convertirse en una persona inquieta y estudiar realmente lo que le proponen los empleados oficiales, encargados de legislar y controlar, quienes ciertamente son empleados y no personas ungidas de perfección, a quien los pueblos tienen que reverenciar. Esa resulta ser una actuación equivoca del pueblo, la época del feudalismo ya paso, en donde los reyes y la nobleza necesitaban de la adulación y la reverencia.

Las transformaciones se deben dar en los ciudadanos que habitan  en los países atrasados, donde los gobernantes han mantenido y solidificado un conveniente letargo social, aprovechando el desinterés e ignorancia de la población que dicen proteger. Llego la hora, en donde el ciudadano debe ser mas consciente de la grandeza de su existencia, de valorar lo que realmente representan y actuar de manera responsable para que no se aprovechen de su desconocimiento e ignorancia.

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